Como trabajadores asalariados podemos beneficiarnos de la formación bonificada. En este artículo conoceremos algunas de las características de este tipo de formación.
El sistema de Formación Bonificada, que se rige por el Real Decreto 395/2007, permite a los empresarios disponer de parte del dinero aportado a la Seguridad Social a lo largo del año anterior, para invertirlo en formación en el año en curso.
Debemos tener en cuenta que las empresas disponen de un crédito para financiar la formación de sus trabajadores. El importe del crédito de formación resulta de aplicar un porcentaje a la cuantía aportada a la Seguridad Social el año anterior en concepto de cuota de formación profesional. Hay que tener en cuenta que el crédito es anual, es decir, se renueva año a año según la aportación a la Seguridad Social del año anterior. Si la empresa no hace uso de este dinero para formar a sus empleados antes de finalizar el año natural, lo pierde.
La formación bonificada está dirigida a trabajadores asalariados que prestan sus servicios en empresas, independientemente del tamaño o sector de éstas.
Pero la formación de los trabajadores de una empresa, no sólo repercute en ellos mismos, para mejorar su situación y el desempeño de sus funciones, sino que también la empresa se beneficia de esta formación que ofrece a sus empleados, pues dicha formación contribuye a la mejora de la productividad y competitividad de la empresa, mejora la capacidad profesional de los empleados y promueve la acreditación de las competencias profesionales adquiridas por los trabajadores.